lunes, mayo 31, 2010

108. Entereza

Ya ha pasado lo peor, a diferencia de otros, yo sí he superado mi crisis. Mi ordenador lo doy por muerto y enterrado, pero afortunadamente tengo una solución intermedia que me permite seguir realizando las tiras, mientras espero hacerme con un nuevo ordenador digno de mí. Pero vamos, que ya no hay excusas, esta semana hay Sistema... Tal y como estaba previsto. Disculpen de molestias y todo eso...

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Podéis consultar las tiras anteriores en slideshow clickando en el siguiente enlace, todas las tiras.

miércoles, mayo 26, 2010

Cómics D13 (3)

Como mis problemas técnicos siguen (y posiblemente sigan por un tiempo, el tiempo en lograr un sustituto decente a mi anterior PC) os dejo la tercera entrega de mis cómics más recomendados (evitaré decir "favoritos" porque me gustan cosas que no recomendaría, eso me lo guardo).

Esta entrega será más breve (quiero dormir y todo eso, caprichoso que es uno) y hablaré de un solo cómic. Más que nada es para darle algo de movimiento a todo esto.


Hasta ahora hemos hablado de Tintin, Watchmen y Goscinny (en la primera entrega) y de Superlópez, Maus y Ghost World (en la segunda). Y como hay que continuar ataco con la tercera desde ya mismo. Así que no me enrollo y empezaré por un de los cómics más importantes en mi tardo-adolescencia.
  • Fantástico multiambiental (¿esto es una etiqueta?)

SANDMAN (Neil Gaiman & otros autores)

Sandman fue durante mucho tiempo, y creo que con todo merecimiento, mi cómic favorito; pero para evitar avalanchas de compradores enfervorecidos en vuestra librería especializada antes os daré un par de advertencias. Sandman no es un cómic fácil de recomendar por dos motivos.

  • Su extensión. Más de 75 números y una cantidad reseñable de especiales y material extra que añadir a la colección.

  • Ha envejecido mal. Editado originalmente dentro de lo que sería el universo DC, primero, para aislarse luego en el recién creado sello Vertigo... Sandman tiene muchos problemas propios del cómic mainstream norteamericano de los 80 y parte de los 90. Una reproducción discreta y un ritmo de entrega importante (cosa que pasa factura, 24 páginas mensuales sí o sí)... Por eso cuando hoy en día vemos un cómic de Sandman hay que reconocer que es algo "viejo" y puede parecer descuidado para los estandares actuales de calidad gráfica. Con visos de solucionar este problema que no hacía justicia a una de las mejores series del siglo pasado se procedió a una versión Absolute, restaurada y con un color mejorado, para adecuarlo un poco más a los tiempos que corren. Esa edición justo ahora empieza a editarse en España (el primer tomo creo que salió por el Saló) pero como no la he visto me guardaré mucho de opinar sobre la misma (la edición Absolute yanqui me dio muy buena impresión cuando la hojeé, así que si está a la altura...).

Pero vamos, Absolute o no Absolute para muchos lectores Sandman seguirá siendo un cómic visualmente algo viejuno, y de larga extensión. Si aceptamos eso todo lo demás son buenas noticias.

El guionista, Neil Gaiman (para los neófitos, Gaiman es el autor de Stardust junto a Charles Vess o Buenos presagios compartiendo firma con Terry Pratchett), es el auténtico amo del cotarro, quien toma las decisiones y en quien recae el peso de la obra (peso compartido con multitud de dibujantes pero todos aceptamos que The Sandman es algo puramente Gaiman). Gaiman teje un universo muy particular sobre una familia que rige el universo en todos sus desginios. Ellos son Sueño (el protagonista), Muerte (uno de los personajes más queridos), Deseo, Desespero, Delirio y Destino (habría un séptimo hermano pero me lo callo que aquí no se sueltan spoilers). Estas antropomorficaciones de conceptos tan etéreos nos meten en una historia que si bien te atrapa por sí misma también es la excusa para hablar de las grandes cosas de la vida (el amor, la muerte, nuestros anhelos y todas esas cosas que nos hacen parecer sensibles cuando se las contamos a la chica de turno). Gaiman se muestra sumamente hábil y cómodo desarrollando una historia que a menudo resulta deliciosa y que, contrariamente a lo que podría parecer por su extensión y caracter heterogéneo, encaja perfectamente en un entramado sólidamente construido.

La Muerte de Sandman (dan ganas de morirse, la verdad)

La historia editorial de Sandman es algo curiosa, digamos que fue un bicho raro, acogido en el seno de la editorial y el universo DC (es decir, compartiendo espacio con gentes como Batman, Blue Beetle o Krypto el superperro y autores como George Pérez, Byrne o Englehart). Obviamente ese era un entorno extraño para una serie que nacería con unos evidentes tintes de terror gótico y enfoque adulto, a la estela de otros éxitos de crítica de la casa como Swamp thing o Hellblazer, cómics que no es que encajen muy bien en un universo de superhéroes. En ese equilibrio extraño se forja Sandman, pronto se dan cuenta que el cómic funciona pero a otro nivel al de los superhéroes, y por eso se creó Vertigo. Vertigo era el lugar donde DC daría cabida a esos tebeos más adultos, sin Comics Code de por medio (la remilgada autocensura que hacía que un tebeo fuera para todos los públicos) y olvidándose de los tíos con mallas. En este sello, Vertigo, encontraron acomodo grandes ideas y artistas, y The Sandman fue el buque insignia dejando paso a grandes colecciones posteriores como Transmetropolitan o Predicador(ahora lo sería Fábulas, pero no le llega ni a la altura de los zapatos) . Aún hoy en día el sello Vertigo goza de respetabilidad aunque coincidiremos en que su época dorada fue en los 90.

Después de unos inicios algo titubeantes Sandman va encontrando esa velocidad de crucero que toda serie necesita. El terror gótico inicial va quedando atrás a medida que se va profundizando en el universo mitológico que nos propone Gaiman, todo perfectamente encajado para dejar paso a una historia atractiva y fascinante, llena de posibilidades y secretos, historia que al mismo tiempo se encuentra preñada de múltiples microhistorias a cual mejor. La experiencia resulta especialmente gratificante para el lector atento que puede descubrir detalles para nada gratuitos, siempre hay algo que aprender en The Sandman (al igual que en Watchmen también es recomendable la versión anotada, pero mientras que en Watchmen la mayoría de secretos se encontraban encerrados en la propia historia The Sandman acaba siendo una obra mucho más referencial, con referencias históricas, a la cultura pop, a la mitología, o a lo que Gaiman considere oportuno que no es precisamente poco).

Además Gaiman se siente cómodo y libre, no recurre a una forma concreta de hacer las cosas si no que juega a sus anchas con este medio que es el cómic. La serie se divide en sagas e historias breves y cada una tiene una identidad muy acusada y diferenciada. Incluso en el aspecto gráfico ya que los cambios de dibujante son otra de las constantes.

Pero hablemos del aspecto gráfico al que antes he hecho referencia, he aquí un motivo de controversia alrededor de Sandman. Si ya os comentaba que la serie tiene un look viejuno más de uno me ha dicho "literalmente" que algunos números de Sandman están dibujados con el puto culo, hablando en plata. Pues joer, no, no es que estén mal dibujados, simplemente hay que reconocer que hay un trato muy desigual, irregular, absolutamente personal, y es fácil encontrar artistas que incluso provocan rechazo por ser claramente minoritarios. En ningún momento fue una serie abonada a los "hot artists" del momento (y casi mejor así). Y aún con esas creo que algunos dibujantes son excepcionales (a mí Dringenberg o Hempel me encantan), pero bueno... Reconozcamos que los dibujantes de Sandman son un punto conflictivo que no despiertan unanimidad alrededor de su figura aunque Gaiman siempre ha afirmado que trabajó con quien quiso y cuando quiso.

Contaré una anécdota personal. Cuando empecé a leer Vidas breves, una de las sagas de Sandman, mi desagrado hacia el dibujante de la misma era absoluto, me cabreaba ver algo tan mal dibujado, estaba profundamente indignado. Actualmente creo que Jill Thomson hizo un buen trabajo en esa saga, y no solo eso, es mi saga favorita. Todo es cuestión de ponerse el chip de #hoyvamosaleerthesandman y dejar de lado estas cosas.

Mención aparte merecen las portadas de Dave McKean, todas ellas maravillosas, portadas que ayudaron a popularizar los tebeos, es difícil no dejarse seducir por el trabajo de McKean (comprobadlo por vosotros mismos, Google -> Imágenes -> Dave McKean). Hoy en día Dave McKean quizás esté demasiado visto (no solo porque ya es un veterano, si no porque le han surgido una legión de imitadores) pero en su momento su simple nombre provocaba un respeto reverencial hacia uno de los mejores portadistas que uno se podía encontrar.

Pero venga, voy concluyendo. Yo animaría a todo el mundo a probar The Sandman , al menos los 20 primeros números, el tiempo necesario para saber si te gusta o no ya que es a partir de la saga "Estación de nieblas" que uno ve claramente si la serie le funciona, aunque a mí me convenció mucho antes, en "La casa de las muñecas" ya estaba rendido a Gaiman. Así que ya sabéis, por su extensión tiene su riesgo económico probar esta serie. Entiendo que es un producto de otra época al que muchos ya no se acercarán por motivos más que comprensibles, quizás su tiempo haya pasado. Pero si os gusta un poquito habreis dado en el blanco.

Y podríamos poner a Eduardo Manostijeras, ya puestos...

Nota- Es difícil etiquetar Sandman en un mundo dónde los Tokyo Hotel, los Emo o el rollo siniestro están partiendo la pana. Pensad que la cosa nació en los 80, no caigáis en una etiqueta que nadie se atrevió a ponerle en su momento, de hecho la comparación de su época apuntaba más hacia The Cure (y vamos, no me extraña, el parecido entre Robert Smith y Morfeo es evidente e intencionado). Lo que estoy seguro es que en caso de rodarse la peli de Sandman o Muerte (más de 15 años con el puto rumor) la comunidad gótico-emo-siniestra acudirá a verla como algo muy propio y los noticiarios de Antena 3 darán buena cuenta de ello, pero eso sería otra historia, y dudo que sea yo el que la cuente.

Y lo dejamos aquí por hoy, que no tengo tiempo para más, y además hay que racionarlo un poco.

martes, mayo 25, 2010

Problemas técnicos

Mi ordenador se ha ido a la porra. Ya conseguiré alguna forma de seguir actualizando mientras esperamos su sustituto, pero para este martes ya no hay arreglo. A ver si mañana puedo sacar la tira con normalidad.


Disculpen de molestias

Saludetes

lunes, mayo 24, 2010

107. Espejito, espejito...

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viernes, mayo 21, 2010

106. Desenmascarada

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jueves, mayo 20, 2010

105. Máscara

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miércoles, mayo 19, 2010

104. El día después

Como ya he hecho en alguna ocasión la tira de hoy es tan desgarradora y épica que para enfatizar dicho sentimiento he decidido acompañarla con BSO opcional. Preparad los kleenex.


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martes, mayo 18, 2010

103. Llaman

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***


Y ahora un poco de publicidad en honor a cuando esto era un blog rolero (que algo queda, claro) y a unos buenos amigos.

Si os interesan los juegos de rol los amigos de Radio Telperion (ese programa de radio que no es un podcast) hacen un programa muy especial este miércoles 19, el Primer debate del estado de la afición.

Vamos, que será la hostia porque habrá gente que sabe mucho de esto debatiendo. Y si lo oís en directo a través de la web podéis opinar en el chat y todo eso. Venga, que no hay excusa, si yo lo escucho es porque mola.

lunes, mayo 17, 2010

102. Visita

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sábado, mayo 15, 2010

Cómics D13 (2)

Seguimos la lista de cómics imprescindibles desde mi punto de vista (un punto de vista parcial, sesgado, miope, pero también sincero). Insistiré en que aparte de no tener ninguna intención de sentar cátedra alguna, tampoco voy a descubrir nada, hablaré de obras bastante conocidas, ya habrá otra ocasión para hablar de cómics interesantes pero menos exitosos.
- ¿Hablará de Spiderman, verdad? ¿Lo hará...? No lo digo por nada pero...
Seguro que habla del trepamuros. Debería hacerlo.

Si el otro día hablamos de Tintín, Watchmen y Goscinny hoy empezaré por algo más cercano, empezaremos por uno de esos tebeos de la factoría Bruguera que marcó la infancia de unos cuantos, y no estoy hablando ni de Mortadelo ni de Zipi y Zape por lo que el lector avispado deducirá que...

  • Humor


SUPERLÓPEZ (
Jan)

Superlópez
es el tebeo más divertido que leí de niño. Cuando era un crío disfrutaba mucho con Mortadelo y Zipi Zape, pero había unos tebeos de la colección Olé que eran muy preciados, cuando llegaban al quiosco volaban, yo siempre acudía con la esperanza de encontrarme alguno... En el kiosco Celia siempre había Mortadelos, de esos siempre te encontrabas alguno, pero no siempre había Superlópez, ¿por qué? Pues porque eran los mejores.

Para hablar de
Superlópez retrocederé hasta la época Bruguera. De hecho será mi excusa para hacer memoria histórica, para hablar de Bruguera, una edad dorada para el autor español de tebeos, nunca se ha publicado tanto tebeo patrio como en esa época (y no se volverá a publicar, está claro), vale, se publicaba mal, se esclavizaba al autor al mismo tiempo que se expoliaban sus derechos, se imponían unas premisas para los guiones que acabarían llamándose "la marca de la casa", pero en definitiva, que es lo que cuenta, te publicaban, y lo que es mejor... Te pagaban por ello. Así vimos como autores se ganaron un puesto y aprendieron un oficio dibujando páginas y páginas y más páginas... Hoy en día para publicar tienes que ser la puta polla, poner tú el dinero y el riesgo, o bien tener padrinos... Entonces era distinto, tú empezabas que ya aprenderás, no querían artistas, querían machacas, esclavos. En los cómics Bruguera he leído cosas realmente malas, pero también muy buenas porque la gente iba más quemada que la pipa de un indio, pero ahí había mucho saber hacer y mucho oficio.

Bruguera tenía un estilo muy acusado de hacer cómics. Sus reglas eran claras.

  • Historias cortas. Las historias de Bruguera debían ser de 1, 2, 4, 6, u 8 páginas generalmente. Lo justo para que tuvieran su sitio dentro de las distintas revistas de la casa (Bruguelandia, Mortadelo, Zipi Zape, SuperMortadelo, SuperZipiZape, Tio Vivo... etc...). Era el formato natural de la época, las revistas como cajón desastre en el que podías encontrar desde una historieta de Mortadelo a una de Johan y Pirluit o la adaptación al cómic de una novela de Julio Verne.
Clásicas revistas Bruguera
(cuando hablas de ellas lo normal es oir...
"jo! pues en mi casa
había un montón", y así era... había un montón
en todas las casas).

Nota.- se ve de refilón un Pumby, no, esa no es de Bruguera.

Con el tiempo se dieron cuenta que los álbumes Olé de 62 páginas de un material homogéneo tenían mucha salida y apostaron por hacer álbumes completos de sus personajes estrella, pero no dejaban de ser historias cortas engarzadas por un hilo conductor (cualquier lector habitual de Mortadelo puede dar fe de ello) de tal forma que podías separarlo para las revistas o pegarlo todo para un álbum Olé con lo que llamábamos "historias largas", las más buscadas en los quioscos.

Pero seguimos con las premisas de los cómics Bruguera.

  • Personajes de corte deprimente y/o desastroso (el famélico Carpanta, el perdedor Mortadelo, la chacha Petra que además era tartamuda, los cabrones Zipi Zape, la hija de perra de Doña Urraca, el inútil Profesor Tragacanto, el moroso autoficcionado Vázquez...), vamos, leer un tebeo de Bruguera era meterse en la miseria humana más absoluta. Había excepciones como el Capitán Trueno, Hazañas bélicas, el Jabato y todo eso... Lo que vendría a ser el género heroico patrio, pero cuando hablamos de humor en España nos reíamos de los más desgraciados (mientras en Francia utilizaban a Astérix para reírse de los demás, ya ves tú).
  • Tortazos a tutiplén y persecución final (la palabra tutiplén es típicamente Brugueriana). Esa era otra constante del género, cuando llegabas ahí te decían, "tienes que dibujar más tortazos, los personajes tienen que caerse de más arriba, y al final debe haber una persecución, eso es lo que pide el público y eso es lo que vas a hacer". Sin duda quien mejor captó el mensaje de las tortas fue Ibáñez, Mortadelo y Filemón se han llevado muchas más hostias que el niño de El Bola, hostias de todo tipo y de suma crueldad. Yo no sé que siente Ibáñez por sus personajes, pero eso no es amor.
Salvaje

  • Calidad muy justita. La calidad del producto final era... Bueno... Era lo que era. Eran otros tiempos, el público era poco exigente por la falta de comparación, los tebeos eran sumamente baratos (no como ahora que son sumamente caros), las tiradas podían ser brutales pero no se cuidaba el producto. Las tipografías mecánicas eran horribles, pero en Bruguera se hacía así, incluso cuando trataban material extranjero como los Pitufos o Spiderman lo pasaban por su filtro chapucero dejándolo a veces irreconocible. Los colores los decidía un tío de la imprenta, o los indicaban con papel vegetal para hacer los fotolitos, era una chapuza absoluta, de hecho en Bruguera se consideraba que para llamar la atención del lector las páginas debían tener muchos y vivos colores. De tal forma que podías ver que en una página en la que no se movían los personajes de una misma habitación ésta iba cambiando de color viñeta a viñeta, ahora verde, ahora azul, ahora amarilla, y joder, ¡eso era lo normal! Y cualquier lector habitual veía errores graves de coloreado que ya ni te preocupaban, es que ni te inmutabas (mira, ahora Filemón y lleva pantalones blancos, ah, ya vuelven a ser rojos).
Página de Camelio Majareto, de Schmidt.
Si clicáis para ampliar se puede apreciar el color casi al azar y la
horrible rotulación mecánica (flaco favor le hacen al gran Schmidt)


Y todo este rollo es para hablar de Superlópez, pero joder, es que en este ambiente es donde desembarcó Jan, de hecho le encargaron un personaje para satirizar a Superman (Superman en ese momento era un auténtico pelotazo que justo empezaba a despuntar). Y lo hizo, creó a Superlópez, con un dibujo muy distinto al que conocemos, historietas mudas primero... Y luego historias cortas.

El Superlópez original

De hecho Superlópez no nació en Bruguera, nació para la editorial Euredit en 1973, y ya pasó a Bruguera en 1975.

Jan
se lo tomó como un trabajo puramente alimenticio, sin alma. Los guiones no corrían a cargo del propio Jan si no a cargo de guionistas de la casa como Conti o Efepé, quienes tampoco es que pusieran muchas ganas en el producto. Era otra época y el personaje era muy distinto, casado, los poderes no eran innatos si no que se los daba el traje (o no, no había coherencia alguna); era un Superlópez triste, sin personalidad, un personaje Bruguera más, del montón. Las condiciones para los guiones que ponía Bruguera eran tan infames que entre el desentendimiento de Jan y que algunos guionistas ni firmaban sus trabajos... Pues os podéis imaginar, había tanta pasión en aquello como la que pueda tener un funcionario rellenando un formulario el día después de saber que le bajan el sueldo.

Pero Jan y Efepé (Francisco Pérez Navarro) se pusieron las pilas. Jan, que aparte de sordomudo era un tío que los tenía muy bien puestos, sabía lo que quería y a la mínima oportunidad que tuvo puso unas condiciones para dignificar su obra. El color de Superlópez lo haría él mismo, a mano; la rotulación la haría él también, a mano, pasando por alto las tristes rotulaciones mecánicas que no hacían más que joder el invento. Y los guiones... Ahí Pérez Navarro daría un salto de calidad (aunque faltaba el salto de calidad definitivo).

De golpe y porrazo
Superlópez pasó a ser el mejor tebeo humorístico de la escuela Bruguera, simplemente haciendo bien las cosas. Los tres primeros álbumes del nuevo Superlópez sentaron cátedra, Aventuras de Superlópez, El Supergrupo y ¡Todos contra uno, uno contra todos! resultaron tres álbumes buenísimos. Los guiones de Pérez Navarro eran sólidos y eficaces, triunfó. Pero a Jan no le acababa de gustar eso, aún quería más, Pérez Navarro era un buen guionista y sentó las bases del personaje, pero parodiaba en gran medida el cómic superheroico, y eso es algo a lo que Jan nunca le ha interesado especialmente por lo que hubo una separación, Jan y Superlópez volarían solos. Y ahí empieza lo realmente bueno.

Nota- Los derechos del Supergrupo están en manos de Pérez Navarro y junto Sergi San Julián, que se encarga de hacer un dibujo clónico al de Jan (por la red corre alguna página que da fe de ello), están preparando un nuevo tebeo con el Capitán Hispania, Latas, etc... Sin Superlópez pero con todo lo demás. Habrá que echarle un ojo.

Por esa época Jan se metió en el personaje de Pulgarcito, haciendo un cómic más infantil pero también de grandísima calidad (aunque por falta de tiempo no pudo colorearlo y hubo de entregar su obra a los coloristas de Bruguera, snifff...). El resultado fue un gran cómic infantil que hemos podido recuperar recientemente gracias a RBA, aparte de recomendarlo es una muestra más de que en esa época Jan estaba tocado por una varita mágica llena de talento, haciendo tebeos estupendos. Triunfó con Superlópez porque era un personaje emergente y él mismo reconoce que apostó por él porque era aquel con el que tenía más opciones de éxito, pero podría haber hecho lo que quisiera.

Bueno, sigamos... Teníamos a un Jan dispuesto a hacer historias en solitario, y con un personaje emergente y consolidado. Era un gran momento, tenía la confianza de la editorial (aún sorprendida por que algo que no era ni los ZipiZape ni el Mortadelo se vendiera tan bien). Con ese cheque en blanco que es la confianza editorial se puso a guionizar álbumes de verdad. Jan hizo algo casi inaudito en los cómics humorísticos de Bruguera de la época, hizo historias completas con presentación, nudo y desenlace, con ánimo de continuidad, y lo petó.

Los que estábamos viviendo ese momento no podíamos creer lo que veíamos, era un tebeo español, reconociblemente español, con un personaje muy nuestro. Seguía el precepto Bruguera de... "El protagonista tiene que ser un desgraciado". Y vaya si lo era... Superlópez era un "loser", con un trabajo poco gratificante, un "loser" que se curte a base de bolsazos, de humillaciones laborales, y de enemigos que le crujen sin piedad alguna, pero vemos que hay diferencias... Tiene una casa, un empleo, unos amigos, había llegado la CONTINUIDAD a los tebeos Bruguera. Un lujazo. Es que mirabas el conjunto y estaba tan bien hecho como un álbum francés, y además era barato. Era la mezcla perfecta, "lo nuestro" que diría aquel, y por una vez "lo nuestro" era de puta madre. Eras un niño, tus padres te compraban ZipiZape, pero tú ya sabías que lo que querías era un Superlópez.

Jan (autor de Superlópez) a la derecha de la imagen. El de la izquierda es el protagonista de la obra.

Y es que mientras Zipi Zape o Mortadelo se habían quedado en su propio microuniverso generado en la posguerra Superlópez te hablaba de la contaminación de Barcelona, de
trabajadores desmotivados (eso de hacer pajaritas en la oficina), de la película de Conan, o de los OVNIs, de la incompetencia policial, los atascos... Era un cómic mucho más cercano, propio de nuestra época, cosa que con otros personajes no nos pasaba (me encanta Carpanta, pero cuando nació el personaje en España había hambre de verdad, leer Carpanta en los 80 era de todo menos cercano) .

Cuatro obras maestras

Y ese fue el gran mérito de Jan dignificar la profesión y subir la calidad, eso mezclado con inspiración y talento. Sus historietas de los 80 y principios de los 90 son todo un referente. La gran superproducción es y será siempre un tebeo cojonudo, La caja de Pandora o Los cabecicubos (por decir tres títulos que me parecen especialmente destacables). Eran tan divertidos y eramos tantos los que lo leíamos que sus frases fueron incorporándose a nuestra forma de hablar, a los lectores del personaje seguro que le suenan frase cómo...


"Lárgame un cilindrín fotero", “uncaféconlecheyuncroissant”, “¡esto es una birria!”, “a que te pego un bolsazo”, "eres un medianía", "¿sabes qué es una Script-Girl?", "la cuadratura al poder", "No, al manicomio otra vez noooo!!!" A cualquier lector de Superlópez estas sentencias le suenan a música celestial, le suenan a pasarlo muy muy bien.

Desgraciadamente todo lo bueno se acaba, Jan entró en un bajón creativo del que no ha llegado a salir. No es que sea infame, sigue siendo digno porque ama este trabajo y es sumamente respetuoso con todo lo que hace, documentándose, investigando... Además por entrevistas se le ve ilusionado y contento con sus resultados, pero en mi opinión le falta ese genio, esa brillantez, ya no es el Superlópez de antaño. Pero su legado está ahí, historia viva de nuestro cómic. Y bueno... Al menos YO ya sé que es una script-girl.

  • Biográfico

MAUS (Art Spiegelman)

Mi padre sangra historia es una de las citas de este cómic. Y es un buen resumen.

Art y Vladek, padre e hijo en una difícil relación

Spiegelman a través de una serie de conversaciones con su padre se documenta para realizar el tebeo de una vida, retratando con fidelidad y sin compasión la segunda guerra mundial en la piel de su propio padre, un judío que junto a su esposa queda atrapado en ese periodo cargado de crueldad y sinsentido.

Para la historia el autor recorre a un recurso llamativo al principio pero del que te acabas olvidando rápidamente. Las diferentes etnias se retratan como animales, así los judíos son ratones, los alemanes son gatos, los americanos son perros o los polacos cerdos. Pero es una simplificación útil para el lector y no es para nada algo capital, no marca en absoluto la lectura ni su fluidez. Digamos que es un recurso sabio por la discreción con la que se usa ya que en ningún momento le quita un ápice de humanidad a la historia.

Y hablando de la historia... Quizás no es nada nuevo bajo el sol, ya conocemos todos lo chungo que fue el holocausto y patatim patatam... Es más, está en ese punto de lo sumamente trillado que incluso puede provocar cierto hastío, pero hay que probarlo, hay que leerlo. No podemos empequeñecer a Maus por obras posteriores como El pianista, La lista de Schlinder, La vida es bella, o El niño del pijama a rayas. Maus es un referente.

En mi caso, yo descubrí Maus en los 90, y creo que fue de los primeros cómics que leí encarado para un público adulto y tratándolo como tal, y claro, eso marca, para mí hubo un antes y un después de Maus.


Incidir también que Maus fue un tebeo que se llevó el Pulitzer, algo bastante sonado en su
momento (la aceptación y el respeto hacia un medio como el cómic no era la de ahora, que tampoco es que vayamos sobrados pero algo se ha avanzado). Es a partir de Maus que se ha desarrollado el género del cómic biográfico y documental como bien haría Joe Sacco en el recomendable Palestina, en la Franja de Gaza, o Marjane Satrapi en Persépolis, aunque creo que el cómic documental aún podría dar mucho más de lo que ha dado hasta el momento.

Pero sigamos que tanto halago no es gratuito, Spiegelman nos regala varios niveles de lectura. Por un lado está su padre, el Vladek heroico y abnegado que lucha contra la adversidad durante el conflicto... Esa es la historia para la que nace Maus, para llevarnos en un viaje en el tiempo que nos traslada al horror nazi. Pero Spiegelman es sabio al hablarnos del otro Vladek, el Vladek del presente, anciano, avaro, irascible, difícil de tratar. Y a medida que avanza en la historia Art nos cuenta sus inquietudes de autor, con lo que acaba resultando muy interesante empatizar con un autor que a veces se encuentra superado por una situación personal, profesional y familiar confusa. Y lo que es mejor, lo hace sin sensiblería, sin compasión ni complacencia, emociona cuando es emocionante, horroriza cuando hay horror, pero siempre es directo y sincero, no hay trucos, es real.

Por algún motivo siempre he creído que este es un libro para recomendar/regalar a quien no sepa por donde empezar con esto de los tebeos (si ya ha llegado a cierta edad claro, no se lo regaléis a un niño que me lo traumatizáis).


Spiegelman es un gran narrador, eficaz, es sencillo sin caer en lo simple, su praxis es accesible pero muy inteligente, y eso lo hace sumamente atractivo para gente que no lee cómics habitualmente; resulta gratificante a distintos niveles de inquietudes por lo que cumple las expectativas. Es sorprendente lo accesible que es Spiegelman en Maus y lo brillantemente retorcido que puede ser en otras obras como por ejemplo Breakdowns, pero esa es otra historia que tendría que ver con si Spiegelman es un one hit wonder.

Volviendo a Maus, yo lo he prestado mucho y no conozco a nadie que haya dicho... “Pues no, no me ha gustado” (curiosamente a las pocas horas de escribir estas palabras conocí a alguien que dijo "pues no, no me ha gustado", manda cojones... resignación).

Autoretrato de Spiegelman en Maus

Y para dar una conclusión... La historia es horrible, sí, pero el cómic es genial.

  • Underground
GHOST WORLD (Daniel Clowes)

Daniel Clowes es uno de los gurús de la escena underground adulta del cómic norteamericano (joder, siempre he querido decir una frase así, a poder ser mientras me graba una cámara que se balancea y con música new age de fondo, algo del rollo de Silenci o Nosolomúsica). Podría citar muchas obras suyas pero Ghost World es mi favorita (y eso que antes vi la destacable película con Steve Buscemi, Thora Birch y una aún desconocida Scarlett Johanson, una muy buena peli por cierto, sin pretensiones pero respetuosa con el original).

En serio, la peli es realmente interesante (y Buscemi escucha vinilos, ¡qué snob!)

En realidad hablar de Ghost World en concreto tampoco es lo más importante, me consta que otros tienen devoción por otras obras del mismo autor (ahora mismo recuerdo que Tur se decanta por David Boring o Ice Haven). En el fondo que prefieras uno u otro de sus cómics es algo muy personal, y Clowes tiene la gran ventaja de que aunque es un autor con marcado estilo y sumamente consistente no se conforma con contarte siempre una misma historia, y para rematarlo está llegando a una madurez en su planteamiento gráfico que hace que sus cómics más recientes sean algo más atractivos en términos formales. Pero yo sigo enamorado de Ghost World.

En Ghost World las protagonistas son dos amigas que acaban de terminar su paso por la High School y se encuentran en el vacío de no saber que hacer con su vida, con su día a día. Es una forma de no contar nada, de centrarse en una extraña y aburrida rutina, pero ahí radican sus virtudes, en saber como no contar nada, porque Clowes no se centra en lo más socorrido en este tipo de historias, no necesita que pasen cosas para ser interesante, es minucioso desvelando detalles que para otros autores son invisibles. Es capaz de retratar esa desazón adolescente, su desmotivación, puedes palpar la pasión en una conversación absolutamente banal, o disfrutar de lo fantástico que puede ser dejar pasar un verano sin hacer nada, como una bomba de relojería hormonada apunto de estallar pero que no encuentra nada que realmente le motive para hacerlo. Y eso lo hace trufándolo con detalles de nuestra sociedad, nuestros medios de comunicación, Clowes tiene el ojo y la honradez para apreciar y luego narrar todo aquello en lo que muchos otros no ponemos atención (de puro asumido) o que no nos atrevemos a contar (por simple pudor). La selección de elementos destacados en sus historias es uno de sus principales aciertos, no le importa realmente mucho si la luz es así o asán, le importa retratar las cosas que forman nuestra vida a partir de una selección entre lo esencial y lo superfluo; y es tan sincero y certero que a veces resulta desagradable, pero joder, es que somos así.

Quizás, siguiendo con Clowes, no me atrevería a aconsejar sus primeras historias en Bola Ocho a no ser que seas un absoluto incondicional del mismo (quien lo haya leído entenderá muy bien a que me refiero), Bola Ocho es para el sector más duro de lectores del de Chicago. Y cuando digo duro, quiero decir un sector muy muy duro, porque leer a Clowes es incómodo, retrata con crueldad nuestras miserias, nuestra perversa cotidaneidad, pero lo hace con tanta puntería que nos compensa el sufrimiento con su calidad y clarividencia. Ya puede estar explicando lo más raro del mundo que en sus viñetas resulta plausible. Pero leer a Clowes no te hace feliz, eso hay que asumirlo.

Más Daniel Clowes

Lo dicho, muy recomendable y una buena gafapastada. Acepto que no es de interés para todos, acepto que haya gente que lo tilde de soso, pero si os atrevéis... A mí me encanta.

Y hasta aquí la entrega de hoy... La segunda (the second!!!), la semana que viene si tengo tiempo vendrá la tercera (the third!!!), digo lo de si tengo tiempo porque esto cuesta lo suyo de escribir y de montar... Tela telilla, como se me ha ido la mano con Superlópez...

Saludetes

viernes, mayo 14, 2010

101. El tocadiscos

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jueves, mayo 13, 2010

100. El Sistema D100

Pues sí, 100 tiras... ¿quién lo diría? Ni yo creía llegar hasta aquí pero aquí me tenéis, orgulloso y contento. Hace apenas cinco meses que empecé con todo el cómic de El Sistema D13 y joder... Ya he hecho 100 tiras. Cuando empecé no sabía muy bien que me llevaba entre manos, y si hubiera tenido un Delorean para viajar hasta aquí y ver como ha crecido esto pues habría flipado bastante. Que si Padme, que si Doc, el Marciano, Paloman, Detritus, incluso Sesse o el sobrino... La cosa ha ido a más, a mucho más.

Pero bueno... Tampoco tengo mucho que decir, bueno una cosa sí. Quiero daros las gracias por leerme, y daros las gracias por perdonarme los chistes malos y reirme los no tan malos, si no hubiera lectores todo esto no tendría mucho sentido. Y nada, que por mi parte voy a seguir dibujando que ahora hay que llegar a la 200. Que esto no se para, que soy como Ibáñez pero sin dinero de por medio.

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miércoles, mayo 12, 2010

99. Después de...

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martes, mayo 11, 2010

Día del Desnudo en los Webcómics

Hoy es el día del desnudo en los webcómics (iniciativa de Katakraos desde su Kame House).

Y ha costado porque desde el fin de semana que voy pillado de tiempo pero aquí está, el desnudo de buena parte del equipo de El Sistema D13... Y un mensaje que debéis tener muy presente. Antes desnudos que vestir con pieles. Somos así de majos.

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98. Enseñanza obligatoria

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lunes, mayo 10, 2010

Cómics D13 (1)

, Este lunes no hay tira, que estoy cansado. Me pillo fiesta. Me quedan ahora 17 días de fiesta y 1 de asuntos propios.

Para compensar dejo un artículo que tenía que haber subido el sábado pero que con toda la vorágine salonera no me dio tiempo. A vuestra salud.

***

Bueno, aquí estamos de nuevo... Con un poco de tiempo para delirar ante el teclado... Quizás estábais esperando lo de Iker Jiménez pero nada, esta semana tampoco, al final será como eso de Tip y Coll de "la semana que viene hablaremos del gobierno" pero nunca tenían tiempo para ello. Pero es que la actualidad salta y te pega en la cabeza con suma crueldad y yo soy muy permeable a lo que se cuece en el mundo real y blablabla...


Este ha sido el fin de semana del Saló del Còmic de Barcelona. Y cada uno es libre de vivirlo como quiera... Hay gente que va todos los días, hay gente que va a ver las exposiciones, hay gente que va a comprar, hay gente que va a robar, hay gente que va disfrazada, hay gente que va a ver a la tía esa que viste de negro, hay quien va a tomarse un café con hielo... Digamos que es un evento polifacético, pero dentro de su “polifachez” lo podemos resumir en dos grandes mandamientos.

El Saló está pensado para hacer dos cosas, compras y colas. Compras tebeos y haces cola para que te los firmen. Los que no hacemos esto es porque, a estas alturas, aún no nos hemos enterado de que va la película.


- Siempre hay VIPs, esos no hacen cola.

Han quedado atrás mis años de reverencia salonera (sí gente, me hago mayor... ya no estoy por corretear como una colegiala detrás de Neil Gaiman o Peter Bagge), pero en honor al tema al que se dedica el Saló del Còmic (sí, el cómic; ni los videojuegos, ni las chuches, ni las putas películas, ni los disfraces), pues en honor a tan destacado tema voy a hacer la reseña que sugirió Sand hace un tiempo... Un listado de cómics imprescindibles.

Primero, no esperéis un prodigio de originalidad ni gafapastez, no pienso recomendaros cómics iranís. Bueno, podría recomendaros Persépolis, pero ese cómic es gabacho, cuando se dice que Persépolis es cómic iraní tal y como se va diciendo por ahí tiene delito... Su autora lo es, sí, pero ese tebeo se hizo en Francia y para un público francés, el cómic iraní no existe, del mismo modo que no hay rock de Zanzíbar (aunque Freddie Mercury naciera ahí) o industria del cine en España, eso no es industria, eso es otra cosa... ¡Zasca!

Vaaale, me centro.

Intentaré resumir en 13 cómics que me parecen claves, es MI lista, espero que seáis comprensivos con ello. Cada uno tendrá la suya, y será tan buena como la mía... Sin duda. Pero este es mi blog por lo que me pongo un poco "fachorro" y decido por mi cuenta y riesgo, de la forma más caprichosa posible.

Mi intención era recopilar los 13 cómics en una sola entrada, pero como veréis el artículo ha ido creciendo y creciendo (es bien conocida mi falta de capacidad a la hora de concretar) así que lo haré por entregas, exactamente cinco. Reseñaré tres cómics en cada una de ellas; y una última entrega con un cómic definitivo y ciertas conclusiones... Solo con esto ya tengo tema para un mes y pico, anda que...

Bueno, venga, manos a la obra.

  • Aventuras

TINTÍN (Hergé)

No soy neutral hablando de Tintín, sin duda mi cómic más querido. De acuerdo, lo he leído tantas veces que ya no acudo a sus páginas (me las sé de memoria), pero el bagaje que ha dejado en mí es imborrable. No necesito seguir leyendo Tintín, me conformo con contemplarlo puntualmente porque Tintín me acompaña ahí dónde vaya.

Y lo de contemplarlo no es gratuito. Para mí Tintín es y sigue siendo el cómic gráficamente perfecto. Al hecho de que Hergé fuera un narrador sumamente responsable y capaz se le suma el trazo más elegante que uno se pueda imaginar, aún hoy en día esas viñetas dibujadas hace décadas siguen gozando de una esplendorosa modernidad, eso es muy indicativo del cuidado trabajo que supone, y se entiende tan bien lo que en ellas sucede... Da gusto de ver/leer.

La escuela de la línea clara, de la que Hergé sería una suerte de gurú y precursor, está llena de eminentes practicantes e imitadores, pero ninguno como el original. En cierta forma creo que con Tintín pasará algo parecido a lo del Little Nemo de Winsor McCay, pasarán los años/siglos y seguirá siendo una delicia.

En otro orden de cosas, sus historias son una invitación a la aventura más genuina, y como tal hay que verlo. Cuando la gente me empieza a tocar los huevos con lo de que si Tintín es gay, que si Tintín es racista, que si es de derechas de izquierdas o si votaba al Frente Judaico Popular... Eso solo es indicativo de lo enfermos que estamos todos, nos hemos vuelto locos. Tintín es bueno, y punto.

Y me gustaría incidir en un punto que creo como mínimo curioso. Tradicionalmente se ha visto a los aficionados a Tintín como una especie de logia masónica extremista ¿Pues que os voy a decir? Es un reflexión que no es gratuita... Es un personaje tan estudiado y de forma tan pormenorizada, y sus defensores lo han leído tanto y tan bien, que al final la cosa se sale un poco de madre. Pero no le déis más importancia, la gente a veces es un poco capulla y con Tintín el propio Hergé a veces caía en la cuenta de haber creado un monstruo, pero se puede leer y disfrutar de Tintín sin integrismos ni enfermedades mentales derivadas.

Y una última reflexión. Voy a reproducir un diálogo clásico de mi existencia.

- Me encanta Tintín.

- Ah, pues a mí me gusta más Astérix.

Tintín y Astérix, la eterna controversia (no es exactamente mi caso, tengo mi favorito pero me gustan ambos). Ambos son cómics muy buenos pero quiero ahondar un poco en esta cruel y habitual dicotomía.

Tintín nunca será tan divertido como lo es Astérix pero para mí Tintín es un cómic más redondo que Astérix. Simple, y llanamente. Tintín puede resultar una experiencia estética cosa que en Astérix no pasa en grado semejante (el dibujo de Uderzo es bueno, pero más convencional y está empezando a envejecer); pero por el contrario es más fácil disfrutar de Astérix pasada la veintena por la calidad del humor que hay en los guiones de Goscinny mientras que las historias de Tintín son más encaradas a un público juvenil y a cierta edad pueden resultar menos satisfactorias. Hay mucho gafapasta en edad madura que defiende a Tintín a capa y espada, pero todos ellos se acercaron al personaje en su infancia, como yo mismo, dudo que un lector treintañero se ponga a leer ahora Tintín y quede atrapado, y es que todo tiene su momento. Aunque si te atrapa es de por vida. Id con cuidado.

***

Para completar un poco el comentario sobre Tintín incidir que se puede ir mucho más allá. Soy un gran aficionado al cómic juvenil clásico (lo era de pequeño, lo dejé luego, y de un tiempo para acá lo he recuperado en buena parte gracias a las nuevas ediciones que han vuelto a hacerlo accesible). Más allá de Tintín y dentro del género aventurero me gustaría hacer mención de Spirou, Los pitufos, Johan y Pirluit (Jan i Trencapins para los catalanoparlantes), Valerian... Sí, todos ellos son cómics de la escuela francobelga, pero es que en esto son los maestros, todos son absolutamente recomendables, e ideales para cuando eres un chaval por su capacidad evocadora y su calidad. Y si no eres tan chaval tampoco te cortes, se puede probar igualmente. Valerian ha sido un descubrimiento reciente para mí, y algunas de sus historias me parecen simplemente prodigiosas.


  • Superhéroes

Esto es muy complicado... El género superheroico es tan culebronesco que aunque en general sean personajes muy conocidos la gran mayoría de sus cómics son difíciles de seguir si no conoces bien a los personajes. En mis años mozos leía superhéroes con frecuencia y dedicación, pero todo pasa y ahora estoy algo desconectado (cotilleo lo que se cuece pero no leo gran cosa). Pero lo dicho, por su condición es difícil recomendar superhéroes, o estás en el ajo o no lo estás, no hay otra. Así pues, cuando uno recomienda superhéroes generalmente acaba haciendo lo que voy a hacer yo ahora... Recomendar el cómic de superhéroes menos superheroico posible.

WATCHMEN (Alan Moore & Dave Gibbons)

Decir que Watchmen es un cómic de superhéroes es inexacto, no tiene muchas de las constantes del género. Sus protagonistas son bastante antiheroicos, y sus motivaciones distan a menudo de la bondad que es propia del género. Algunos son héroes por inmadurez, otros por tradición, otros porque son de naturaleza violenta, etc...

En Watchmen no hay buenos ni malos, no se cae en esa simplificación maniquea. De hecho uno de los personajes preferidos por los aficionados de la obra es objetivamente aborrecible, lo cual dice bastante de la misma, en un cómic de superhéroes al uso los buenos son buenos, los malos son malos, y Batman es gay.

Watchmen reinventa el superhéroe, le da un giro y profundiza en el mismo. Si los superhéroes existieran seguramente serían como en Watchmen nos cuentan. Pero es que además Alan Moore hizo eso en los 80, ahora es algo relativamente habitual darle un enfoque adulto al cómic de superhéroes (con éxito dispar, The Ultimates o Crisis de Identidad me gustaron bastante, en otros casos pues no), pero siguiendo con Watchmen en esa época, los 80, era inaudito (aunque tenemos el Dark knight o La broma asesina como honrosísimas excepciones). Y no se queda solo ahí, Watchmen es el cómic con más lecturas que uno se pueda imaginar, el propio título ya tiene interpretaciones; está repleto de detalles que lo convierte en, para muchos, el mejor cómic de todos los tiempos (no sé si es el mejor, pero es de los más importantes, y joder, además es entretenido).

En esta obra Alan Moore, el guionista, crea un engranaje meticuloso en el que todas las piezas encajan para narrar una historia grandiosa (aunque con un final muy discutido, yo defiendo ese final pero mucha gente está en contra, aviso para navegantes). Además en Watchmen se exprime el lenguaje del cómic hasta niveles demenciales, pero con tal habilidad que no te llegas a dar cuenta de lo espléndido que puede llegar a ser, porque Moore es tan listo y concienzudo que cada viñeta es mucho más de lo que se ve en ella, puedes buscar en cualquier rincón de los dibujos de Gibbons y encontrarás un detalle para nada gratuito, un calendario, un reloj, o una pintada en la pared, todo en Watchmen tiene sentido (os lo aseguro, cuando digo todo es todo). Este extremo se aprecia especialmente en las relecturas, leer Watchmen es un placer, releerlo es aún mejor.

Podría profundizar tantísimo sobre Watchmen, pero muchos otros ya lo han hecho antes, daos un paseo por internet y si podéis echadle un ojo a la impagable versión anotada (solo aconsejable en segundas y posteriores lecturas, la primera vez mejor leerlo a pelo). Yo solo puedo decir que quien no lo haya leído aún debería hacerlo ya.

Alan Moore hizo esta joya y nos dejó claro que en esto de los tebeos él manda... Más allá de los superhéroes Alan Moore es un género por sí mismo y la cantidad de obras suyas recomendables es alucinante... V de Vendetta, Miracleman, From Hell, Swamp thing... Es el Stanley Kubrik de los cómics, puede visitar el registro que le dé la gana, puede meterse en cualquier género, y con ello hará algo interesante, y a menudo genial. Su nombre es garantía de calidad.


***

Sobre la película: No me gustó la película, no es que sea horrible como hemos visto en otros casos pero no me gustó.

Si estáis tentados por ver la peli y saltaros el cómic... Pues lo siento, no es la misma experiencia ni mucho menos. La peli puede llegar a resultaros interesante, pero dista mucho del Watchmen original, mucho más sórdido y sin esa carga Made in Hollywood. Aún con esas no destrozaré la peli, me parece una mala adaptación pero he visto cosas bastante peores.

Si por el contrario queréis ver el cómic después de leer la peli, hacedlo sin problema, es una lástima haber visto antes la peli pero en el tebeo hay mucho más de lo que se ve en el metraje, y además es más disfrutable, más duro pero más enriquecedor.

  • Humor
Aquí debería poner a Astérix, pero no me sale de los huevos... Astérix es un personajillo, sin más, el monstruo no es otro que Goscinny. ¿La prueba? Mirad el Astérix de Uderzo, vomitad, y luego volved aquí.

Vale, lo sé, es un argumento ventajista, pero es que me gustaría incidir en tantas cosas de Goscinny que resumirlo en Astérix me toca la moral (podría hacer lo mismo con Alan Moore diréis algunos, y no os faltaría razón; pero en mi defensa diré que la carrera y los cómics de Alan Moore es algo más heterogéneo, en cambio Goscinny es un humorista puro y duro).

GOSCINNY

Goscinny quizás sea el humorista más grande del siglo XX, aunque esto del humor sea algo muy personal y una afirmación de semejante calado es por definición errónea, pero me gusta decirlo porque aparte de talento su producción es fenomenal... Creó a Astérix, sí... Pero es que ha hecho tantas cosas más, y todas tan buenas...

Morris tenía un personaje que no iba a ningún lado, Goscinny se puso a hacer guiones, y el resto fue leyenda. Lucky Luke.

Si quisierais saber como sería un Goscinny a la española no busquéis más, para eso está Iznogud.

¿Quereis un buen libro infantil? No hay problema... El pequeño Nicolás.

¿Qué pasaría si Goscinny y Uderzo hicieran otro cómic que no fuera Astérix? Umpah-Pah.

Tanto... y todo tan bueno...

Goscinny es brillante retratatando y parodiando nuestra sociedad en cómics ambientados en otras épocas. Destaca y se popularizó por ello muy especialmente en los álbumes de Astérix... Títulos como El adivino, La residencia de los dioses, Obélix y compañía, Los laureles del César... En todos ellos satiriza la superstición, la cultura del "pelotazo", el capitalismo, esa juventud despreocupada, lo que haga falta... Goscinny es creativo y efectivo a la hora de generar paralelismos, por un lado hay un gag evidente, gracioso, pero por otro hay una crítica a nuestra sociedad que hace que Asterix sea un cómic disfrutado a todas las edades.

Aparte del archiconocido Astérix me gustaría explicar que Lucky Luke tiene álbumes muy buenos (especialmente si no salen los Dalton, que acaban resultando un poco cansinos), y es una gozada ver como explota el género del Western parodiándolo con suma habilidad. Releí muchos Lucky Luke hace unos meses y me lo pasé en grande.

Iznogud en cambio tiene muy mala leche, un protagonista del todo deleznable pero ahí vemos a un Goscinny más hábil en el gag rápido y sin ánimo de continuidad, se mueve en historias cortas con precisión y mordiente, encontrando petróleo ahí donde aparentemente no hay nada, y en algunas historias de Iznogud nos encontramos el Goscinny más transgresor posible, jugando con el lenguaje del tebeo y haciendo puro metacómic. Es una de sus obras menos populares, pero ahí está el Goscinny más arriesgado, hay que probarlo, sin duda.

Y del Pequeño Nicolás no diré gran cosa porque son una serie de libros ilustrados, nada de cómic, pero la prosa de Goscinny junto a los dibujos de Sempé resultan brillantísimos. Me acabo de enterar que justo ahora estrenan una película basada en los libros... A saber que tal está.

Es curioso ver que en los casos anteriores, Astérix, Lucky Luke, Iznogud... Son cómics que tras la muerte de Goscinny se perdieron irremediablemente en manos de sus dibujantes o de otros guionistas. Un auténtica lástima pero muy indicativo de que su valía no estaba en los personajes, si no en su genial guionista; y es que Goscinny es el Rey Midas del humor. Todo lo que toca es bueno, gracioso y divertido. Y si además es prolífico... Por todo eso es tan bueno. Acabó resultando la punta de lanza de una serie de humoristas francófonos sumamente brillantes, marcó un estilo y un buen hacer. Desgraciadamente los que no sabemos francés nos perdemos mucho con las traducciones, sus juegos de palabras son graciosos y sumamente creativos, y muchos no se pueden traspasar, o bien se diluyen en el proceso, pero bueno... Lo aceptamos, es lo que hay, o eso o aprendemos francés.

***

Al igual que con Tintín he hecho mención a otros cómics de aventuras, con Goscinny me gustaría hacer una mención especial para Gotlib. Leí por algún lado que Gotlib era el más talentoso de todos esos humoristas francófonos pero la falta de obras de referencia lo ha alejado de la popularidad de otros autores (la verdad es que yo con lo poco que he leído de Gotlib me parto, pero no tiene un Astérix como sí lo tiene Goscinny, o no se ha apropiado de un Spirou o un Gaston tal y como hizo Franquin). Por su talento es necesaria una antología de Gotlib en español, hay que estudiar a ese hombre porque esconde algún secreto y aún no nos hemos enterado (apenas me he leído "El viejo verde" y las historias cortas que publicaban en la revista Superlópez, pero es que era tremendo).

Y hasta aquí llega la entrega de hoy, la semana que viene tres cómics más (la patillada de Goscinny no volverá a suceder, hablaré de cómics concretos), supongo que la entrada será más breve, que hoy he hablado de Goscinny, Alan Moore, y Hergé, tres pesos pesados.

Podéis hacer las suposiciones que queráis sobre quienes serán los tres próximos afortunados, la elección es difícil y cometeré injusticias, así que tranquilidad y buenos alimentos.

Saludetes